Sr. José Zepeda Arcia hace 1 año

Problemas del hígado en aves ponedoras causados por una dieta inadecuada

El síndrome de hígado graso y hemorrágico son los principales problemas del hígado que suele afectar el rendimiento de las aves ponedoras. Una de las causas más comunes es la dieta alta en grasa y escasa en proteína.

 

Algunos de los síntomas externos más comunes que puedes notar en aves con afecciones del hígado son sobrepeso, cabeza, barbilla, cresta y piel pálida, así como disminución repentina en la producción de huevos. Dentro del organismo el hígado sufre agrandamiento, luce pálido o amarillento, suave, con grasa o coágulos de sangre.

En un inicio de la enfermedad la grasa se acumula en la cavidad abdominal, músculo estomacal y estómago glandular. Posteriormente se inflama el hígado y se produce el sangrado.

La causa principal atribuida es una dieta abundante en energía y pobre en proteína, entre otros nutrientes. En la mayoría de los casos se combinan otros factores como una alta producción de estrógenos relacionada con la madurez sexual del ave, alta temperatura en el ambiente (superior a los 25°C y 30°C), así como la presencia de micotoxinas (sustancias tóxicas producidas por hongos) y aspectos genéticos.

Las afecciones de síndrome de hígado graso y hemorrágico son más comunes en gallinas ponedoras que superan las 38 semanas de vida y alojadas en jaulas. La mortalidad total en aves, relacionada con el hígado graso, no excede al 5% según estudios. Sin embargo, encuestas revelan hasta un 40% de mortalidad por esta causa en aves enjauladas.

Las consecuencias más comunes de las lesiones en el hígado son: alteración del crecimiento del ave, disminución en la producción de huevos y reproducción, pigmentación en la carne y mala calidad en la cáscara del huevo.

Una dieta balanceada previene problemas del hígado

Sin importar la fuente de energía, debes evitar exceder el porcentaje recomendable de cada ración en la dieta diaria del ave. El exceso de grasa se procesa en el hígado y se almacena como grasa corporal.

Elige un pienso de calidad, con una textura que sea palatable y favorezca la conservación de nutrientes. Además, el alimento debe tener un balance entre fuentes de energía como maíz y trigo, por mencionar. Hay que evitar la alimentación exclusiva con maíz, debido a su alto aporte de energía. Y en lugar de alimentos ricos en grasas, busca concentrados para aves ponedoras enriquecidos con ácidos grasos, presente en la soya y aceites vegetales, tal es el caso de la línea Vitapostura de Aliansa.

El calcio es otro nutriente sumamente importante en la alimentación de las aves ponedoras, ya que su ausencia favorece el riesgo de hemorragia en el hígado y la disminución en la producción de huevos. No debe faltar desde las 16 semanas de vida, hasta la primera puesta de huevos, y vuelve a tener especial relevancia en la dieta del ave antes del parto.

Una dieta con proteínas, calcio, vitaminas y ácidos grasos, en lugar de alimentos ricos en grasa, es clave para proteger el hígado de las aves ponedoras.

Paralelo al calcio, asegúrate de suministrar a las aves ponedoras vitamina D, es necesaria para el transporte del calcio al útero. La ausencia de esta vitamina está directamente relacionada con la mala calidad de cáscara del huevo.

Otros nutrientes importantes para prevenir la acumulación de grasa en el hígado son la vitamina C, vitamina E, zinc, selenio, cobre, hierro y manganesio. La colina, metionina y vitamina B12 también influyen en evitar infiltraciones de grasa en dicho órgano.

Si se quiere dar el primer paso en la prevención del hígado graso y hemorrágico en las aves ponedoras, una dieta balanceada con pienso de alta calidad es lo indicado. Visita nuestra tienda online y ordena tu producto.